viernes, 7 de octubre de 2011

Debate acerca del bautismo de deseo III


El penúltimo comentario que publiqué en FC fue en respuesta a otro participante del foro llamado Francisco quien publicó un comentario dirigido a mí respecto a la opinión de Santo Tomás. La pregunta que me planteó fue la siguiente: “¿realmente cree que Santo Tomas de Aquino haya podido cometer semejante error de afirmar como validos el bautismo de deseo y de sangre? ¿Podría acaso el Doctor Angélico errar tan significativamente?”. Y a continuación expone la opinión de Santo Tomás acerca del bautismo de deseo.

Voy a publicar en letras verdes el comentario-réplica de Francisco, en letras azules lo que publicó FC de mi respuesta y en letras rojas el comentario censurador de FC. El “censurador” de FC (ya a propósito no digo más moderador) no publica mi respuesta alegando que es un texto “excesivo y repetitivo”. ¿Ese es motivo para no publicarla? En realidad yo creo que no la publicaron justamente porque refuta la posición de FC y FC no quiere que sus lectores se percaten que ellos son unos herejes que engañan a los ingenuos. Además, un foro público no es para que una respuesta sólo sea conocida por el que hizo la pregunta, sino que es un foro justamente para que todo aquel que quiera informarse del foro conozca las opiniones de quienes intervienen. En fin, ustedes podrán constatar nuevamente la imparcialidad de FC. A continuación aparece mi respuesta completa con la parte no publicada en letras azules, la que en realidad está prácticamente sacada en su totalidad del libro de los Hnos. Dimond donde explican el caso de Santo Tomás. Estos son temas delicados, y necesitan un desarrollo minucioso para que se comprenda bien el argumento y se responda a cabalidad a la dificultad planteada. Esa es la única forma de abordar seriamente temas tan relevantes como los relacionados con el dogma católico.

Esta es la objeción que plantea Francisco:

Yo le hago una pregunta: ¿realmente cree que Santo Tomas de Aquino haya podido cometer semejante error de afirmar como validos el bautismo de deseo y de sangre?

Podria acaso el Doctor Angelico errar tan significativamente???

Suma Teologica IIIa cuestion 66:
Como ya se ha dicho anteriormente (a.2 ad 1; a.9 ad 1; q.62 a.5), el bautismo de agua recibe su eficacia de la pasión de Cristo —a la que uno queda configurado por el bautismo-y del Espíritu Santo como de la causa primera. Y, aunque el efecto dependa de la causa primera, ésta, sin embargo, sobrepasa el efecto y no depende de él. Y por eso, sin recibir el bautismo de agua, alguien puede recibir el efecto sacramental de la pasión de Cristo configurándose a ella mediante el sufrimiento por Cristo. Por lo que se dice en Ap 7,14: Estos son los que vienen de la gran tribulación y han lavado sus túnicas y las han blanqueado en la sangre del cordero.

Y por la misma razón, uno puede conseguir el efecto del bautismo por virtud del Espíritu Santo no sólo sin el bautismo de agua, sino también sin el bautismo de SANGRE, por cuanto su corazón es movido por el Espíritu Santo a creer en Dios, a amarle y a arrepentirse de sus pecados, por lo que también se le llama bautismo de penitencia. De él se dice en Is 4,4: Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de la hija de Sión, y haya limpiado la sangre de Jerusalén del interior de ella con espíritu de justicia y ardor.
Así pues, a cualquiera de estas dos modalidades de bautismo se la llama bautismo por hacer las veces del bautismo. Por lo que dice San Agustín en IV De único Baptismo parvulorum: Que el martirio hace en ocasiones las veces del bautismo, lo argumenta confuerzo. San Cipriano de aquel ladrón no bautizado a quien se le dijo: «Hoy estarás conmigo en el paraíso». Y yo, considerando esto bien, llego a la conclusión de que no sólo el sufrimiento por el nombre de Cristo puede suplir la falta del bautismo, sino también la fe y la conversión del corazón, si por falta de tiempo no se puede celebrar el sacramento del bautismo.

Esto es lo que publicó FC de mi respuesta y en rojo su comentario:

Esta respuesta también es para Francisco sobre la opinión de Santo Tomás, y por favor, publíquenla entera, sin interrupciones.

FC: por ser dirigido a Federico y por el excesivo y repetitivo texto, lo enviamos directamente al interesado quien nos responderá en su caso si desea responderte.

Y esta es mi respuesta censurada completa:

Esta respuesta también es para Francisco sobre la opinión de Santo Tomás, y por favor, publíquenla entera, sin interrupciones.

Santo Tomás de Aquino, a pesar de todos sus fabulosos escritos y su inigualable erudición sobre la fe católica, siendo como todos nosotros un hombre falible, cometió algunas equivocaciones, por ejemplo cuando, en la Summa Theologica, declaró explícitamente que “La carne de la Virgen fue concebida en pecado original” . Un escolástico señaló que el libro que Santo Tomás estaba escribiendo cuando murió, se llamaba Compendio de Teología, y que en él se encuentran al menos nueve errores explícitos (Michael Malone, The OnlyBegotten, p. 70.). De hecho, “hace más que treinta años, el Dr. Andre Daignes, profesor de filosofía en Buenos Aires, Argentina, señaló veinticuatro errores formales en la Summa de Santo Tomás” (Michael Malone, The OnlyBegotten, p. 70.). Esto simplemente demuestra que algunas de las especulaciones teológicas de nuestros mayores santos teólogos, a pesar de su admirable erudición, pueden, a veces, estar sujetas a error, puesto que ELLOS NO GOZAN DEL CARISMA DE LA INFALIBILIDAD. Es sólo San Pedro y sus sucesores, los Papas, cuando hablan desde la Cátedra de Pedro, quienes gozan exclusivamente del carisma de la fe indefectible.

Pío IX, Concilio Vaticano I, 1870, ex cathedra:
“Así, pues, este carisma de la verdad y DE LA FE NUNCA DEFICIENTE, FUE DIVINAMENTE CONFERIDO A PEDRO Y A SUS SUCESORES EN ESTA CÁTEDRA…"
.

En la Summa Theologica III, q. 66, a. 11, Santo Tomás trata de explicar su creencia en el bautismo de deseo y de sangre. Él intenta explicar cómo puede haber “tres bautismos” (agua, sangre y deseo) cuando San Pablo declara, en Efesios 4, 5, que hay sólo uno. Él dice:

“Los otros dos bautismos quedan incluidos en el bautismo de agua, que recibe su eficacia de la pasión de Cristo y del Espíritu Santo”.

Con el mayor de los respetos a Santo Tomás, hay que decir que esto es un débil intento de responder a la objeción de cómo es posible que pueda haber “tres bautismos” cuando Dios ha revelado que hay sólo uno. Es un intento débil ya que Santo Tomás dice que los otros dos bautismos, de deseo y sangre, están incluidos en el bautismo de agua. Ahora bien, esto es falso, porque quien recibe el bautismo de agua no recibe el bautismo de deseo y el bautismo de sangre, conforme incluso a la opinión de los defensores del bautismo de deseo. Por siguiente, es falso decir, como hace Santo Tomás, que los otros dos bautismos se incluyen en el bautismo de agua; ya que ciertamente no lo están.

Además, al enseñar la teoría del bautismo de deseo, Santo Tomás admite repetidas veces que ninguno de ellos es sacramento.

Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, III, q. 66, a. 11, respuesta 2: “Como ya se dijo más arriba (q. 60 a. 1), el sacramento pertenece a la categoría de los signos. Pero los otros dos convienen con el bautismo de agua no porque sean signos, sino en el efecto del bautismo. Y POR ESO NO SON SACRAMENTOS”.

Ahora bien, el Concilio de Trento (unos pocos siglos después de Santo Tomás, en 1547) definió infaliblemente como dogma que ¡EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO es necesario para la salvación!

Papa Paulo III, Concilio de Trento, can. 5 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547, ex cathedra: “Si alguno dijere que el bautismo [el sacramento] es libre, es decir, no necesario para la salvación, sea anatema”.

Por tanto, ¿a quién hay que seguir? ¿A Santo Tomás o al infalible Concilio de Trento? Compárese a ambos:

Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, III, q. 68, a. 2: “… parece que sin el sacramento del bautismo es posible conseguir la salvación por la santificación invisible…”.

Papa Paulo III, Concilio de Trento, canon 5 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547, ex cathedra: “SI ALGUNO DIJERE QUE EL BAUTISMO [el sacramento] es libre, ES decir, NO NECESARIO PARA LA SALVACIÓN, SEA ANATEMA”.

Aquí hay una contradicción obvia. Santo Tomás de Aquino dice que es posible obtener la salvación sin el sacramento del bautismo, mientras que el infalible Concilio de Trento define que el sacramento es necesario para la salvación. ¿Y qué significa “necesario”? Según la Parte III, q. 68, a. 2, obj. 3 en la propia Summa Theologica de Santo Tomás, “necesario es aquello sin lo cual una cosa no puede existir, como se dice en V Metaphys” . Por lo tanto, “necesario” significa aquello sin lo cual una cosa no puede ser o existir, entonces, no puede haber salvación – es imposible – sin el sacramento del bautismo (de fide, Concilio de Trento). Los católicos deben aceptar esta verdad y rechazar la opinión de Santo Tomás sobre el bautismo de deseo en la Summa Theologica.

Papa Benedicto XIV, Apostolica, # 6, 26 de junio de 1749: “LA SENTENCIA DE LA IGLESIA ES PREFERIBLE A LA DE UN DOCTOR conocido por su santidad y enseñanza”.

Papa Pío XII, Humani generis, # 21, 12 de agosto de 1950: “Y el divino Redentor no ha confiado la interpretación auténtica de este depósito a cada uno de sus fieles, NI UN A LOS TEÓLOGOS, SINO SÓLO AL MAGISTERIO DE LA IGLESIA”.

Papa San Pío X, Pascendi dominici gregis, # 45, 8 de septiembre de 1907: “A la verdad, si hay alguna cosa tratada por los escolásticos con demasiada sutileza o enseñada inconsideradamente, si hay algo menos concorde con las doctrinas comprobadas de los tiempos modernos, o finalmente, que de ningún modo se puede aprobar, DE NINGUNA MANERA ESTÁ EN NUESTRO ÁNIMO EL PROPONERLO PARA QUE SEA SEGUIDO EN NUESTRO TIEMPO”.

Y si alguien sostiene que se puede recibir el sacramento del bautismo sin agua, cito la definición del Concilio de Trento en el canon 2.

Papa Paulo III, Concilio de Trento, can. 2 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547, ex cathedra: “SI ALGUNO DIJERE QUE EL AGUA VERDADERA Y NATURAL NO ES NECESARIA EN EL BAUTISMO Y, POR TANTO, DESVIARE A UNA ESPECIE DE METÁFORA las palabras de nuestro Señor Jesucristo: ‘Si alguno no renaciere del agua y del Espíritu Santo’ (Juan 3, 5), SEA ANATEMA”.

EL CONCILIO DOGMÁTICO DE VIENNE (1311-1312)

Hubiera sido interesante ver, sin embargo, lo que Santo Tomás habría dicho si hubiese vivido hasta el Concilio dogmático de Vienne en 1311. Santo Tomás murió en 1274, 37 años antes del Concilio. El Concilio de Vienne definió infaliblemente como dogma que sólo hay un bautismo que debe ser confesado por todos los católicos, y que el único bautismo es el bautismo de agua.

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, 1311-1312, ex cathedra: “Además HA DE SER POR TODOS FIELMENTE CONFESADO UN BAUTISMO ÚNICO que regenera a todos los bautizados en Cristo, como ha de confesarse ‘un solo Dios y una fe única’ (Ef. 4, 5); bautismo que, CELEBRADO EN AGUA en nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, creemos ser comúnmente, tanto para los niños como para los adultos, perfecto remedio de salvación”.

Esta definición es crucial para este debate, porque no se puede afirmar un bautismo de agua y al mismo tiempo aferrarse obstinadamente a la creencia de que hay “tres bautismos”, de los cuales dos no son de agua. Eso es una contradicción evidente. Los que entienden y comprenden este dogma deben repudiar los llamados “tres bautismos”.

SANTO TOMÁS DE AQUINO RECHAZÓ LA “IGNORANCIA INVENCIBLE”

También es muy importante señalar que si bien Santo Tomás de Aquino estaba equivocado sobre el bautismo de deseo, él mantenía el dogma fuera de la iglesia no hay salvación y rechazaba la herejía moderna de que pueden salvarse quienes son “invenciblemente ignorantes” de Jesucristo. En muchos lugares Santo Tomás aborda directamente la cuestión llamada ignorancia invencible.

Santo Tomás de Aquino, De Veritate, 14, a. 11, ad 1: Objeción – “Es posible que alguien pueda ser criado en el bosque, o en medio de lobos; tal hombre no puede saber nada explícitamente sobre la fe. Santo Tomás responde – Es característica de la Divina Providencia proporcionar a cada hombre lo necesario para la salvación (…) siempre que de su parte no haya ningún obstáculo. En el caso de un hombre que busca el bien y se aparta del mal por la guía de la razón natural, Dios o le revelará a través de la inspiración interior lo que ha de creer, o le enviará algún predicador de la fe…”.

Santo Tomás de Aquino, Sent. II, 28, q. 1, a. 4, ad 4: “Si un hombre nacido entre las naciones bárbaras, hace lo que puede, Dios mismo le mostrará lo qué es necesario para la salvación, ya sea por inspiración o el envío de un maestro para él”.

Santo Tomás de Aquino, Sent. III, 25, q. 2, a. 2, solute. 2: “Si un hombre no tuviere a alguien que lo instruyese, Dios le mostrará, a menos que quiera culpablemente permanecer donde está”.

En la Summa Theologica, Santo Tomás enseña de nuevo la verdad que todos hombres por sobre la edad de razón están obligados a conocer los misterios principales de Cristo para la salvación sin excepciones como la ignorancia.

Santo Tomás, Summa Theologica: “Mas en el tiempo de la gracia revelada, mayores y menores están obligados a tener fe explícita en los misterios de Cristo, sobre todo en cuanto que son celebrados solemnemente en la Iglesia y se proponen en público, como son los artículos de la Encarnación de que hablamos en otro lugar”.

Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica: “Por consiguiente, en el tiempo subsiguiente a la divulgación de la gracia están todos obligados a creer explícitamente el misterio de la Trinidad”.

Por lo tanto, Santo Tomás, como todos los Padres de la Iglesia, rechazó la herejía moderna de la “ignorancia invencible” que salva a los que mueren como no católicos. Su especulación y enseñanza errada sobre el bautismo de sangre/deseo sólo se refería a los catecúmenos. Y este punto verdaderamente muestra la falta de honradez de los herejes modernos, a quienes les gusta citar a Santo Tomás de Aquino sobre el bautismo de deseo para justificar de algún modo su idea herética de que los miembros de las religiones falsas pueden salvarse por el “bautismo de deseo”.

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